7 de agosto de 2015

RESPUESTA A DON FONSHO AGUILAR


Don Fonsho dice:


…Mi maestro Moisés Zevallos quien, en una de sus clases de urbanidad, nos enseñó: "DON para el nombre y SEÑOR, para el apellido; así: don Alfonso y señor Aguilar. jamás usar el don con el apellido, decir don Aguilar es como decir don talegón, a esta expresión recurren, sólo los mal educados, los patanes, los imbéciles o los babosos carentes de imaginación, que pretenden ofender a la gente y no saben cómo...



Carlos responde:

Don Fonsho, parece que usted al estar tanto tiempo fuera de su tierra, se le ha pegado un lenguaje chavista, totalitario y dominante y se ha olvidado por completo de nuestros dialectos pueblerinos y gracias a ello nadie le entiende, nadie le consulta y en su caso no existe pueblo olvidado; si no hombre olvidado por su pueblo.



Don Fonsho dice:

Después de este breve preámbulo, voy a referirme a lo que usted, señor Rodríguez, plasma en sus escritos, pero antes, quiero que sepa que en mi afán al involucrarme en estos "quehaceres domésticos", pretendo no ser como la rana que vive saltando sin dejar huella; quiero ser como el arado que orada la tierra, para que allí –algún día y en algún momento–, una mano diligente y sabia, siembre los valores que a muchos nos hace falta.



Carlos responde:

Una vez más Don Fonsho muestra sus contradicciones, primero llama quehaceres domésticos a los destinos de nuestro querido pueblo y luego se contradice diciendo que quiere dejar huella, ser como el arado que orada la tierra, no entendemos su posición. Tal vez usted quiere ser el buey no por viejo, sino porque él es el que labra la tierra, pero también es el mismo que se doblega al yugo como algunos al yugo del capital minero.



Don Fonsho dice:

..Yo no soy ingeniero … este Aguilar, es geólogo y si no lo sabe, le diré que la geología es una ciencia y la ingeniería es una técnica.



Carlos responde:

Nuestro Pueblo ha convocado a sus hijos Ingenieros en el caso de relaves magistral, ósea en su juicio a convocado a los técnicos, pero que  quede claro estos  técnicos son ahora reconocidos por nuestro pueblo, y están asesorando; en cambio los científicos geólogos como usted han pasado al olvido y están a miles de kilómetros de su tierra. ¡Existen todavía profesionales de panteón!



Don Fonsho se

 …Refiere al uso de Colparacra como depósito de relaves, no se basa en el EIA –porque no lo conoce a fondo–, sino porque, como cualquier ciudadano que tiene sentido común, ve el peligro que significa para Conchucos, cargar para siempre, más de un cuarto de millón de toneladas de relaves "sobre su cabeza", material que se traducirá en una eterna fuente de soluciones tóxicas.



Carlos responde:

Usted señor Aguilar tiene que vivir 200 años para que vuelva a Conchucos y con el relave  haga realidad su gran parque minero ecológico de cierre de mina que usted lo ha graficado y lo ha publicitado como minería moderna.



Parque minero, donde se quiso tapar los relaves que querian poner en Magistral



El Fonsho Aguilar:

…No odia a la Comunidad ni a sus miembros y cuando se refiere a ella, siempre hace hinca-pié en sus dirigentes o ejecutivos, quienes son los que están hipotecando la seguridad de su pueblo.
La verdad es que ese Aguilar, no entiende, cuando usted se pregunta si no ha podido "superar el lío de tierras de la Comunidad con su familia", pues, hasta donde tiene entendido, las tierras que la Comunidad usurpó –cuyos títulos de propiedad están legalmente avaladas por la ley–, fueron devueltas a sus legítimos dueños, es decir, a su familia, por lo tanto, el lío se superó y en consecuencia, a ese don Fonsho, le gustaría que, usted don Carlos, le explicara que si no hay líos, qué es lo que no ha superado. Ese don Aguilar, se resiste a creer que la intención que encierra su interrogante y que no ha podido expresarla con claridad –ya sea por una simple omisión o por incapacidad de redacción– sea una expresión de mezquindad, ya que este sentimiento hace perder la percepción de los valores y es entonces que el mezquino se deja arrastrar por la ignominia y pierde la noción de patria, de amor a su terruño, y lo peor, se olvida hasta del amor a la mujer que le dio la vida. El mezquino termina desconociendo ese maravilloso binomio tierra-madre, y pretende ignorar que en la primera de este binomio, brotó el alimento con el que la abnegación de su madre lo alimentó. Sai Baba, un guru de la India, dice: trata a tu madre como a una diosa, y don Aguilar agregaría: igual trato dale a la tierra donde naciste. Ese Aguilar piensa que usted, señor Rodríguez, como un hombre de bien y sobre todo, como un extraordinario y sensible comunicador social, trata a su señora madre como a una diosa y por lo tanto, debe amar profundamente a su terruño, y no hay duda de que estos nobles sentimientos que le animan, le convierten en un paradigma de las generaciones que hacen y harán vida en esa amada tierra. El Fonsho Aguilar, desde muy niño no tuvo la oportunidad de tener a su lado a su progenitora, pero en recompensa gozó de tres regazos en los que abrevó el infinito amor maternal y es por eso que el cariño a su terruño se triplicó y hoy siente un gran dolor al ver que el apetito por el dinero fácil de unos pocos, pone en peligro a esa tierra que lo único que quiere es el amor de sus hijos, hijos que en su mayoría, con una incomprensible insensibilidad, aplauden como focas, los desmanes de un puñado de ambiciosos. Ese don Aguilar ruega al tan ilustre don Carlos, que le diga si alquilar las tierras de la Comunidad y llevarse el dinero del alquiler a los bolsillos, no es servirse de ellas.



Carlos responde:

Le hacemos recordar Don Aguilar que siempre:

¡Nos opusimos a la mina y a todas sus consecuencias!

Y con eso es más que suficiente, y siempre afirmamos que el problema de la Comunidad es diringencial y no del pueblo, y en la actualidad hay nuevos dirigentes. Eso es saludable.



 Don Fonsho dice:

Cuando usted, señor Rodríguez, mutila los escritos de don Fonsho, tomando sólo fragmentos que le son útiles para satisfacer a una parcialidad, muestra que existe una intención aviesa de tergiversar la verdad y a pesar de esto, ese don Aguilar quiere creer que lo hace por alguna conveniencia personal, y no por la mezquindad que hace perder hasta el respeto a la madre, pero este no es el caso suyo, pues todo el mundo debe saber que usted es uno de los hijos más ejemplares que ha parido esa tierra.

También, ese don Aguilar sospecha que la sabiduría del señor Rodríguez está divorciada de su intelecto, es decir, que ha perdido el poder del entendimiento y de la facultad de pensar. Además, ese don Fonsho, vislumbra en el análisis que don Carlos hace de sus escritos, que sufre del síndrome de dislexia, o en otras palabras, que adolece de la dificultad en la lectura que le imposibilita una comprensión correcta de lo que lee. Quien lea los artículos de ese don Aguilar y la interpretación que el señor Rodríguez asume, podría sospechar que el referido señor sufre de un deterioro de la cognición, que se traduce en la pérdida de funciones cognitivas, mejor dicho, que ha perdido –o nunca la tuvo– la facultad para procesar información a partir de la percepción, el conocimiento adquirido –llamado experiencia– y las características subjetivas, que permiten valorar todo tipo de comunicación. Ese don Aguilar menciona esto, porque don Carlos, no coordina bien los acontecimientos con el tiempo, sólo se traslada al presente y sobre ellos escribe. ¿Adulación o conveniencia?. Ese don Fonsho, habla en su comunicación al MEM, de acontecimientos sucedidos "hace más de tres décadas", tiempo en el cual, los miembros de esa entidad, dejaron de ser exclusivamente campesinos para dar paso a otros que de campesinos no tienen nada.



Carlos responde:

Sus escritos no son tergiversados, Usted es beligerante en su posición y cambia de opinión cuando lo conviene, hoy día habla bien de la mina, mañana lo contrario, pareciera que busca intereses económicos, pues no lo sabemos.



Don Fonsho dice:

El señor Rodríguez desea que don Fonsho le diga sobre los presuntos terroristas que ESTÁN DENTRO DE LA COMUNIDAD. Aquí este ilustre conchucano, ya asoma muestras del síndrome de la dislexia que parece adolecer, pues ese don Aguilar está refiriéndose al pasado, cuando, un ilustre presidente de la Comunidad y profesor del colegio, fue apresado por terrorismo, juntamente con otros miembros de su entorno. Además, en la copia de un expediente que mi padre guardó en su archivo, está la orden de captura por asesinato –junto con otros más– de ese Adalid que presidió la Comunidad. Si el señor Rodríguez promete tener la hidalguía de publicarlo, ese Aguilar no tendrá empacho en darle copia de ese expediente. Don Carlos pide nombres que no pueden ser dados, por ética y por respeto a la memoria de quienes han pasado a mejor vida. Pero analicemos otros hechos. Ese sin par líder que hace muchos años presidió la Comunidad, arrastró a sus dirigidos a usurpar tierras cuyos títulos estaban amparados por la Ley; los indujo a cosechar siembras que nunca cultivaron, a apropiarse de ganado que nunca criaron; pretendieron quemar a una humilde mujer a quien acusaron de bruja y pasearon por las calles a un indefenso individuo, acusado de adulterio; ¿No fueron miembros de la Comunidad –entre ellos, su presidente– a quienes se les acusó de haber asesinado a un comunero de Mayas?, no hace muchos años estuvo preso un presidente de la Comunidad –en ejercicio– por esgrimir una arma de fuego y amenazar a unos ciudadanos. Estos hechos y otros más ¿no son tropelías, ilustrísimo señor Rodríguez? ¿O prefiere un nombre más acorde con la ley: DELITO?



Carlos responde::

Usted cómo define a un terrorista, para los entendidos jamás hubo ideología y programa marxista en Conchucos, que nuestros paisanos hayan sido miembros de la izquierda ortodoxa, es otra tema, la ideología comunista era desterrar las viejas relaciones sociales de producción o sea: Todo rezago de servidumbre semifeudal de explotación de familias enteras y aprovecharse de su trabajo, como los hacendados que bebían leche y cereales producidos por los campesinos pobres y sin tierra, y que se creían los notables.


Nosotros fuimos críticos y testigos presenciales de esos tristes episodios de fragmentación de nuestro pueblo en el lio de las tierras eráseas, en los desmanes y también estuvimos en desacuerdo con el enfrentamiento con una comunidad hija y hermana como lo es Mayas. Algunos dirigentes de esa época se dejaron llevar por el chauvinismo de las rondas campesinas de ejercer la justicia por las propias manos, para repeler el avance del abigeato y los abusos de seudogamonales, gracias al olvido del estado inoperante en el ande. En ese contexto se dieron dichos episodios.



Don Fonsho dice:

Don Carlos, use su sabiduría y diga ¿cómo calificaría a una Comunidad que vio, impasible, degollar a uno de sus miembros y ni siquiera emitió una palabra de protesta? ¿Por qué no exigió a las autoridades que investigaran tan abominable crimen y permitió que el asesino esté libre? ¿Fue o es cobardía o complacencia y se refugió en el dicho irreverente y perverso: UN PERRO MENOS, UN HUESO MÁS?
Usted presume que ese don Aguilar no ha podido superar el lío de las tierras ¿no será que al tratar de ensañarse con lo que escribe, usted tampoco puede superar que le haya puesto en evidencia los embustes sobre los relaves de Chile y otras sandeces, que desdice su capacidad y demuestra que en algo es usted ignorante?



Carlos responde:

Señor Aguilar su pregunta, nos lleva a formular otra:

¡Qué pasaba con nuestros campesinos pobres de ayer que se dejaban explotar por los notables, y nunca se atrevieron a revelarse, más bien siguieron por muchos años hinchando las barrigas de estos señores. O también Usted era ignorante y no sabía de donde venía la leche y el trigo para las semitas.

Le invitamos a discutir estos temas a fondo y ponernos de acuerdo en el que hacer.



Don Fonsho dice:

…Desde un principio me opuse a la venta de Magistral y defendió ante el Concejo de Minería, el sentir del pueblo conchucano que se oponía a que el valle fuera usado como depósito de relaves. Quién aupó esa venta y la defendió con ahínco, fue el ingeniero Oscar Aguilar Miranda, uno de los más connotados profesionales que ha nacido en nuestro pueblo. Ese don Fonsho no compartió su posición, pero trataron el tema con altura, como debe hacerse entre personas civilizadas. Ese don Aguilar lo ha dicho y lo dice, que no está en contra de la minería en Magistral, sólo se opone a que se ponga en peligro al pueblo con la acumulación de relaves en un lugar que entraña peligro ¿es que hay gente tan torpe que no entiende algo que es tan simple?. Ese don Fonsho también ve que don Carlos ha revisado el diccionario para saber la acepción de nepotismo y despotismo. En ese diccionario podrá ver que antes de la N, está la D donde puede encontrar el significado de decencia; un poco más adelante está la R de respeto y la S de sindéresis; si ha ido a la escuela, habrá aprendido Construcción gramatical, especialmente, concordancia, sintaxis y otra reglas de la gramática, y si no los aprendió, por favor que revise y practique, que este Aguilar y los demás que leen sus artículos y que no tienen la sabiduría de él, aprendan de sus escritos para enmendar errores al escribir. Lo que sí ve, es que don Carlos, se ha detenido en la letra A, M y T y en ellas encontró los vocablos Amor, Madre y Terruño, y por eso ama a su madre y a su tierra, con el amor de un hijo ejemplar ante los ojos de sus paisanos y sobre todo, ante Dios.
Este don Aguilar debe cerrar esta perorata, y al hacerlo, además de expresarle su singular aprecio y admiración al señor Rodríguez, tiene que identificarse, pero no sabe qué nombre le gustará al ilustre don Carlos. ¿Puede ser EL FONSHO, ESE DON AGUILAR, EL FONSHO AGUILAR, EL TAL DON AGUILAR? Para satisfacer a tan digno personaje, ese don Aguilar le deja escoger la opción que más le agrade.



Carlos responde:

Nuestros errores son involuntarios y de carácter gramatical, pero jamás voluntariamente hemos vendido nuestras conciencias, jamás hemos comido en una mesa de mineros imperialistas, tampoco gozamos con dinero que representa contaminación del mundo en todos sus sentidos e interpretaciones.



Nos despedimos con una pregunta llena de sinceridad:

¡Don Fonsho!

¡Porque tanta molestia emana de su persona?

a).- ¡Acaso responde a una tonta vanidad, y orgullo!

b).- ¡Acaso es un falso complejo de superioridad!

c).- ¡Acaso a un puñado de dinero!

d).- ¡O es el problema de las tierras!

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f).- N.A.